Oro
El oro parece haber tenido siempre un papel importante en la existencia de los hombres, de manera idealizada o como valor monetario. Como sabemos hoy en día, el oro ha sido contemplado en la Historia como un valiosísimo objeto por motivos religiosos, mucho antes de que se empezaran a acuñar monedas y todavía mucho antes de que el oro pasase a ser un valor de cambio universal. Según algunas historias escritas, el oro empezó a extraerse por primera vez en las minas de la mítica reina de Saba; se supone que allí se realizaba la extracción de oro líquido siguiendo las técnicas actuales de lavado de oro, que como se han demostrado fueron implantadas en Centroeuropa en el s. XII.
Debido al creciente mercado monetario mundial de oro, las minas de oro siguen teniendo un bajo rendimiento incluso hoy en día, obteniéndose sólo algunos gramos de oro por tonelada extraida. Es gracias al alto precio del oro que las minas siguen siendo hoy rentables. En Sudáfrica se extraen unos 20g de oro por tonelada, con lo que no sólo la explotación minera en sí transforma el paisaje;
las aguas residuales resultantes de los procesos de trabajo con son extremadamente perjudiciales para el medio ambiente. Debido a la gran demanda del material se siguen abriendo nuevas explotaciones mineras, que siguen transformando cada vez más territorios con negativas consecuencias para la naturaleza. Un ejemplo es un yacimiento en los Alpes chilenos, cercano a las ciudades de Pascua y Lama, aproximadamente unos 660 km. al norte de Santiago de Chile, del que se espera obtener unas 550T de oro. Al observar el creciente despliegue de medios relacionado con el beneficio obtenido del oro, no sorprende que desde el principio se extendiera el sueño alquimista de la producción de oro.
El oro es hoy sin embargo un metal noble que también crea un uso industrial, aunque el uso principal es todavía con toda seguridad el del valor, esto es, la estabilización del sistema económico, como en su día fuera el patrón oro que ha dejado de ser actual. A pesar de todo ello, el oro sigue siendo visto como un metal valioso pues, al contrario que con las notas bancarias, que pueden representar un valor mayor que el propio papel en el que se imprimen, son prueba de un valor real. Por este motivo y, con toda seguridad, también por motivos subjetivos y por el gusto personal, las joyas de oro o revestidas de galvanizado son tan apreciadas y vistas como un símbolo de valor.